-Hola hermosa. ¿Cómo te fue en la playa? - Me sonrió.
-Todo muy lindo, no paré de pensar ni un segundo en vos. - Le contesté mientras que una sonrisa asomaba por mi boca.
-Yo tampoco.
Nos miramos un rato largo sin decir ni una sola palabra, comunicandonos a través silencios.
- Te traje un regalo, - le dije - espero que te guste. - Entonces saqué un paquetito de mi bolso y se lo dí.
-Gracias, ¿cuánto gastaste?
-No te lo voy a decir. - Y le guiñe el ojo, me lo devolvió con una sonrisa.
Se acercó lentamente, procurando no ser tan obvio con sus intenciones pero yo se que quería besarme, iba a ser nuestro primer beso. Después de seis meses juntos nunca hubo un beso, nunca se presentó la oportunidad, y esa era la indicada.
Me besó. Fue un beso largo que se me convirtió en años, sentía que lo conocía de toda la vida, que él estaba hecho para mí.
-¡Esperá! Salí, no puedo. - lo alejé con mis manos empujándolo.
-¿Qué pasa, mi amor? ¿Tenés miedo?
-Sí, tengo miedo.
-¿De qué? - me pregunto suavemente.
-Tengo miedo de saber que la realidad le gana a la fantasía. No sos real, no existís, sos un producto de mi imaginación.
-Yo soy real.
-No sos real, andate de mi vida, no soporto un día más teniendote en mi cabeza como si fueras una persona de carne y hueso, no soporto que no pueda besar tu verdaderos labios. !Andate de mi vida y dejá de hacerme sufrir como estúpida! No aguanto más.
De repente estaba acostada en mi cama transpirada, sólo había sido un mal sueño.
¿Qué pasa si te digo que seguís en mi mente?
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