28.11.10

Cuentos de amor y desamor..- 3

Estoy enamorada, lo sé. Hay algo de él que me llama la atención, no sé si son sus dulces besos de bienvenida o la gran habilidad que tiene de hacerme sonreír. Amo despertar y ver sus mensajes en mi teléfono, amo su sencillez, su dulzura, sus celos, su carácter fuerte. Adoro llegar al colegio y contemplar una pequeña tarjeta con mi nombre y un ramo de jazmines sobre mi banco. Me siento feliz con el simple hecho de estar a su lado, o eso es lo que quisiera sentir siempre.
Cada día, cada interminable día, está ese sentimiento presente, atormentándome hasta no poder más. Me rompo la cabeza pensando en que no puedo amarlo como yo quiero, en que la vida podría ser mejor para mí ; e intento que la tristeza y el llanto por medio a perderlo no salga de mi alma para no parecer débil, pero mi empeño nunca es lo suficientemente fuerte como para evitar mi quiebra. En esos momentos solía sentarme en el balcón de mi habitación a ver el sol esconderse detrás de las montañas, a ver las hojas secas caer, a lidiar con mi constante depresión. Esa era mi pesada rutina, cada día sin verlo, cada día sin tocarlo era simplemente una pesadilla.
Nunca quise que me viera llorar, pero también fallé en eso. Me acuerdo de ese instante como si hubiera sido hace sólo unos minutos: estaba sentada sóla en un banco de la plaza, llorando desconsolada, pensando en como hace para valorar lo que él hacía por mí, y apareció, se sentó a mi lado, me miró y me abrazó. Yo sé que él me entendía aunque no supiera porqué lloraba, yo se que él lo hacía. Entonces, comenzé a llorar más, no podía verlo a la cara si pensaba que su aprecio y su amor no eran lo suficientes para mí. Lo único que me daba las fuerzas para mirarlo era que me hacía sentir especial de alguna manera, aunque no me lo mereciera. Esa tarde sentí lo cercanos que eramos, sentí que era el único que me comprendía, que ni mi madre ni mi psicóloga lo hacían.
Los meses que siguieron fueron los más bellos de mi vida, hasta que todo desapareció. Lo ví sentado a unas cuadras del colegio con otra chica y, claramente, no eran solo amigos. No sabía qué hacer, él con esa chica y yo llorando como loca. Corrí a mi casa, mi mamá no estaba, mis amigos no atendian el teléfono, la única manera de desahogarme era escribiendo. Y aquí estoy.
Yo soy la culpable de todo. Soy culpable de que esté con otra, pues mi amor no le era suficiente, YO era la que no le daba el amor que realmente necesitaba. Soy la culpable de que mantenga los secretos conmigo, pues parece que nunca confió en mi cordura, YO soy la loca. Soy culpable de quedar embarazada, pues el no quería usar protección, YO accedí. Hasta acá llegué, no sirvo de nada en este mundo, ni una sóla persona puede amarme, ¿entonces para qué voy a seguir?
Adiós.
Micaela Fontissi.
PD: Perdón mamá.




~Caro Godoy y Ailu Flores

22.11.10

Las montañas..-

- Selenita, ¿ qué son las montañas? - le preguntó Abril a su hermana mayor.
- No sé, hermana. Preguntemosle a la abuelita Alba.
Entonces las dos niñas se acercaron a su abuela. Ella se estaba meciendo en su silla mientras tejía una enorme bufanda.
- Abuelita, abuelita, ¿qué son las montañas? - preguntó muy entusiasmada Abril.
- Las montañas son gigantes enterrados bajo la vejez del mundo. Son gigantes que caminaron por la Tierra antes que los dinosaurios.

"Un día, estos estos gigantes de unos mil metros de altura cada uno, llegaron a unas grandes arenas movedisas. Todos, hundidos por su peso, quedaron atrapados hasta los tobillos en la arena.

"Por siglos y siglos intentaron escapar de ellas, pero nunca han podido hacerlo. Algunos gigantes aún no se dan por vencidos y cada vez que logran juntar las suficientes fuerzas, intentan escapar, sin darse cuenta de que nunca lo van a poder lograr.

"Asi que cada vez que sientas que la tierra se mueve, piensa que son estos gigantes milenarios que quieren liberarse de las fuertes garras del mundo y cada vez que veas un río correr hacia el mar, piensa que esas son las lágrimas derramadas por ellos día a día.-


Porque amo mi Mendoza.

19.11.10

Carta para una amiga.

Te digo un secreto? No te puedo ver, escuchar, sentir que lloras.
Te digo qué le dije a mi psicóloga de vos? Le dije que no puedo estar enojada con vos, que no soporto que estés enojada conmigo, no soporto tener la sensación de que te lastimé, no soporto que no estemos del todo bien.
Te digo qué me molesta de vos? Lo único que me molesta es que no digas las cosas que tantas ganas de decir.
Te digo por qué en parte eso no me molesta? Porque sé que lo haces para no herir a las personas.
Te digo por qué a veces te trataba mal? Porque estaba harta de todo... incluso de vos, no porque no te soporte, es más, te amo, pero fue porque quería estar solo a veces, y también fue porque sentí que las cosas que me decías en joda eran de verdad, y saliendo de vos, me ponía muy mal. Pensaba, así me ve mi mejor amiga? Wow, debo ser así.
Te digo por qué las palabras que salen de tu boca me afectan más que las palabras que salen de los demás? Porque para mi tu opinión lo es casi todo, porque lo que piensan los demás de mi no se compara a lo que me importe lo que vos pensás. Porque sos la persona en que más confío.
Te digo por qué a veces me enojo con vos? Por que a veces pareciera que no querés que nos juntemos fuera del colegio, siempre tenés algo que hacer, y después de las primeras 5 veces, comenzé a dudar si era verdad lo que me decías o eran mentiras.

Amiga:
Perdoname si hice algo mal, no fue mi intención.
Perdoname si dije algo que te lastimó, tampoco fue mi intención.
Te juro que lo último que haría sería lastimarte intencionalmente, y si lo hago, despertame, porque esa no sería yo.
Te juro que no sé que haría sin vos, me cambiaste la vida, aunque vos no lo creas, lo hiciste. Si no hubieras aparecido, yo no sería como me conoces hoy. Me ayudaste a darme cuenta de muchas cosas, algo que nadie podría haber hecho.
Si algo te molesta, decimelo, sabes que no tengo problema en hablarlo civilizadamente.
Si algo te angustia o te entristece, sabé que yo voy a estar al lado tuyo, aunque sean las tres de la madrugada, para que llores en mi hombro, para abrazarte, para escucharte, para lo que sea, yo estoy.
Yo sé que a veces soy molesta, bueno... a veces... perdón, si?
Yo sé que a veces no puedo quedarme callada, es que pienso que no me habñás porque estas enojada.

Sos absolutamente todo, sabelo.
~Ailu Flores

PD: no pude evitar no escribirte algo.
PD: you are the only exeption, and I'm on my way to belive

El Paraíso Perdido II (fragmento)

En este espantoso abismo,
matriz de la naturaleza y tal vez tumba,
no de mar, ni tierra, ni aire, ni fuego,
si no de todos juntos en sus fecundadoras causas
confusamente mezclados, y al que debe combatirse siempre,
a menos que aquel que todo lo hace y puede ordena
sus oscuras materias y cree más mundos,
en este espantoso abismo, el cauteloso demonio
se detuvo al borde del infierno y miró un momento,
considerando su viaje...

~John Milton