[...] Le dije que no iría al Quemador con él, aunque estaba deseándolo, porque mi madre y mi hermana ni siquiera sabían que había salido a cazar y estarían preguntándose donde estaba. Entonces, de repente, mientras le sugería encargarme de repasar las trampas todos los días, él me sostuvo la cara entre las manos y me besó.
Me pilló completamente por sorpresa. Después de todo el tiempo que había pasado con Gale, de observar cómo hablaba, se reía y fruncía el ceño, cabría esperar que supiese todo lo que había que saber de sus labios. Sin embargo, no me había imaginado el calor que desprendían al unirse con los míos. Ni que aquellas manos, las manos que podían montar la mas intrincada de las trampas, también pudieran atraparme a mí con la misma facilidad. Creo que hice un ruido con la garganta y recuerdo vagamente tener los dedos cerrados sobre su pecho. Entonces él me soltó y dijo:
- Tenía que hacerlo, al menos una vez. - Y se fue.
Fragmento de "En Llamas", Los juegos del Hambre.
Parte 1 "La Chispa - Capítulo 2.
Suzanne Collins.
Quiero un momento, un beso así y ya se con quien lo quiero.
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